La Edad del Bronce en la zona del mar Egeo fue protagonizada básicamente por tres grandes civilizaciones que fueron la Micénica, la Minoica, la Luvita y – tras recientes investigaciones – la Cicládica. Estas manifestaciones sociales y culturales se enmarcan en las civilizaciones egeas o prehelénicas.
Se caracterizan por unas sociedades centradas en la búsqueda de los metales y en las investigaciones y desarrollo de técnicas para trabajar la metalurgia. El descubrimiento del bronce supuso un cambio para la sociedad del hombre, su economía, desarrollo, agricultura, armamento, y especialmente en la organización social.

Contexto histórico del periodo cicládico protohistórico
Durante la Edad del Cobre y la Edad del Bronce brilló la cultura de las Islas Cícladas – 3300 a.C al 2100 a.C. -, civilización que se desarrolló en mitad del mar bautizado por el héroe Teseo, según la mitología griega, entre las islas Espóradas y Creta, entre la península helénica y Anatolia. El archipiélago recibe el nombre de su disposición circular – en griego kyklos – rodeando la isla de Delos, peñazo sagrado donde nacieron los dioses Artemisa y Apolo. Las islas que componen el archipiélago son: Delos, Mikonos, Paros, Milos, Sifnos, Amorgos, Tinos, Serifos, Serfanto y Santorini. Su florecimiento se basó en su situación geográfica, ya que eran paradas recurrentes en los viajes entre Europa y Asia.
En torno al año 3.300 a.C., surgió en las islas Cícladas una civilización marinera y comercial, gracias a la cual entraron en contacto diferentes pueblos asentados en las riberas del mar Egeo. De la mano de esta civilización afloraba también un arte original, especialmente significativo en el terreno escultórico. Los todavía misteriosos “ídolos” de mármol de Paros, caracterizados por la esquematización y la más rotunda plasticidad formal, son, sin duda, el emblema más expresivo de dicha civilización, y constituyen el primer capítulo de la plástica europea pregriega. Junto a ellos, otras no menos interesantes piezas artísticas procedentes de los contextos funerarios, resumen el quehacer y los intereses estéticos de estos marinos de la Edad del Bronce.
Con una economía basada en el comercio y en la explotación de las minas mármol. Las cicladas tenían posesión de una gran riqueza en mármol blanco, el de mejor calidad y arcaico prestigio, consiguieron liderar el “comercio internacional” del material. En el periodo griego y romano el mármol de Pados fue considerado el mármol más valioso. También se centro en la isla de Milos la explotación y el comercio de obsidiana. Isla que floreció al calor de este mineral.
A partir del II milenio a.C., pasarían a un segundo plano, ganando protagonismo otras civilizaciones, especialmente la altamente organizada cultura palaciega de Creta – civilización minoica -, pero la civilización cicládica se mantuvo durante varios siglos después de 2100 a.C. por el prestigio que conservó la isla de Delos, la brillante, y su santuario. El historiador griego Tucidides, escribe en el siglo V a.C. :
«Minos…dominó las islas Cícladas y fue el colonizador de gran parte de ellas expulsando a los carios…»
Se ha señalado tradicionalmente que los más antiguos habitantes de las Cícladas fueron los Carios, pueblo de piratas venidos de Asia Menor, y otras gentes oriundas de Anatolia, que llegarían al archipiélago de las islas griegas Cícladas, en oleadas migratorias sucesivas. Parece probable que con ellos se introdujera en estas islas el culto a la Diosa Madre, garante de la fecundidad, un culto de origen Neolítico.
Los hallazgos arqueológicos nos informan sólo parcialmente de las prácticas religiosas de los habitantes de las Cícladas, por lo que conocemos muy poco de ellas: no podemos establecer con seguridad si hubo espacios destinados al culto, aunque, como ha señalado Zervos -1957 – algunos vestigios arqueológicos, como los exhumados en el puerto de Minoa (Amorgós) permiten vislumbrar la presencia de lugares sagrados al aire libre, en una gruta sita en el interior de una gran peña. En este lugar han aparecido depósitos con presencia de abundante cerámica, exvotos y huesos de animales; estos hallazgos sugieren la celebración de ceremonias de ofrenda e inmolación de animales, cuyas cenizas descansarían en la roca, símbolo de la Gran Madre.
Asimismo, las célebres esculturas conocidas como “ídolos cicládicos”, y las llamadas “sartenes”, piezas artísticas a las que se hará referencia más adelante, son probablemente manifestaciones artísticas de naturaleza religiosa, en relación con el culto a la citada divinidad femenina.

La cultura cicládica es una cultura eminentemente urbana, como también lo fuera la surgida en torno a la ciudad de Troya, cuya irradiación cultural debió ser determinante en el Egeo a principios del II milenio a.C. Se dio entonces un compromiso entre las tradiciones neolíticas y las aportaciones llegadas de Anatolia, hecho que habría de señalar el comienzo de la Edad del Bronce en estos territorios. Gracias al comercio de cabotaje algunos de los productos de elaboración cicládica se extendieron hasta Creta, el Mediterráneo oriental, el continente griego, el Adriático, la costa provenzal o, incluso, hasta las islas Baleares.
Pese a este unitarismo, no podemos pensar que la cultura se desarrollaba de la misma forma en todas las islas de las cícladas, ya que cada área territorial tenia sus propia lógica y idiosincrasia. Si se mantienen algunos rasgos comunes pero cada comunidad mantiene excepciones, costumbres o influencias propias, así como el los cambios sociales y el paso del tiempo.
La cultura que se desarrolló en las islas Cícladas durante la Edad del Bronce se designa tradicionalmente, siguiendo la terminología sugerida por el arqueólogo griego Tsountas, como Cicládico, y se divide en tres fases sucesivas, de acuerdo con la siguiente cronología:
- Cicládico Antiguo (CA): ca. 3100 a.C-2000/1850 a.C.
- Cicládico Medio (CM): ca. 2000/1850 a.C.-1600 a.C.
- Cicládico Reciente (CR): ca. 1600-1050 a.C.
El momento más brillante del Bronce Cicládico corresponde al Cicládico Antiguo. Tras este período, las islas cicladas del mar egeo cayeron sucesivamente bajo la influencia de Creta (en el Cicládico Medio) y de Micenas (en el Cicládico Reciente), a excepción de Akrotiri, en la isla de Thera (Santorini), que siguió manteniendo durante largo tiempo una notable influencia minoica. Es por ello que en estas líneas se abordará únicamente el estudio del Arte Cicládico correspondiente al Cicládico Antiguo, período que la historiografía subdivide, convencionalmente, de forma tripartita, como a continuación se señala:
- Cicládico Antiguo I (CA I): ca. 3100/3000-2650 a.C.
- Cicládico Antiguo II (CA II): ca. 2650-2450/2400 a.C.
- Cicládico Antiguo III (CA III): ca. 2050/2000-1900/1850 a.C.
Cada uno de estos períodos culturales esta representado por un asentamiento: así, el CA I está representado por la llamada cultura de Grotta-Pelos; el CA II por la cultura de Keros-Syros y el Grupo Kastri o Lefkandi I; el CA III, tiene su expresión material a través de la cultura de Philakopi I, que se superpone ya al Cicládico Medio.
Urbanismo y arquitectura cicládica
Son muy pocos los testimonios que permiten forjar una idea de lo que fue la arquitectura cicládica. El material de construcción por antonomasia de estas islas fue la piedra, material que abunda en ellas. Las piedras, de muy diversos tipos, tamaños y calidades, se utilizaron no sólo en los cimientos de las casas, sino también para dividir paredes, como revestimiento de techos o de suelos, así como para formar las tumbas de cista. Y, pese a que pueda resultar paradójico a priori, esa es, para algunos autores, la razón principal de que sean bien escasos los restos arquitectónicos de esta cultura, ya que al derrumbarse las casas no quedan indicios de sus revestimientos o de los ladrillos que puedan suministrar información arqueológica de las mismas: las piedras vuelven a dispersarse en los suelos de los que proceden.

Entre los ejemplos conocidos, merecen citarse los hallazgos de las excavaciones dirigidas en Paros por Tsountas. En tales trabajos salían a la luz, en 1898, casas de planta rectangular con dos estancias comunicadas entre sí, de las cuales la habitación situada en la parte interior tenía un remate absidado, acaso como recuerdo de la cabaña neolítica.
Filacopí en la isla Milo es, en opinión de Renfrew, el único yacimiento bien estratificado de las Cícladas (Filacopí II). Se han encontrado interesantes restos de viviendas, aunque éstas corresponden, mayoritariamente, a una fase tardía (en torno al 2.000 a.C.). Se trata de casas de pequeño tamaño, con dos habitaciones comunicadas entre sí y precedidas de un patio o vestíbulo abierto.
Se descubre en Paros un pequeño núcleo urbano formado por casas de planta rectangular subdivididas en dos estancias comunicadas. Las estancias más interiores son cerradas con un murete absidal. En los yacimientos de Milo encontramos varios núcleos urbanos formados también por casas de planta rectangular, con muros levantados de piedra de lava, irregulares y unidas por argamasa.
Se han encontrado otros muros que seguramente se hicieron mediante un armazón madera, un sistema de construcción que se encuentra de manera común en casi todas las construcciones del mar Egeo. Sus muros angulares se componen de sillares de grandes dimensiones perfectamente tallados, superpuestos en hiladas horizontales, los llamados muros ciclopeos, construcción que influirá en la arquitectura y en el arte micénico. Estos colosales muros, que según las tradición mitológica fueron construidos por los mismos cíclopes, los encontramos también en Sifnos entre otras islas. Estas construcciones corresponde a una traducción cretense, es decir, que se datan a partir de la conquista del archipiélago por parte de la civilización minoica.
Mundo funerario de las islas cícladas
Doumas es especialmente el modelo tradicional de los entierros en las culturas del mar Egeo pero, la clasificación tradicional de las tumbas cicládicas pasa por el establecimiento de una línea cronológica que comenzaría con las tumbas de tipo cista. La posterior aparición de las estructuras con saledizo y las tumbas excavadas en la roca, junto con la entrada en escena de algunos enterramientos infantiles en pithoi, que marcarían el final del Bronce Antiguo en las Cícladas.
Sin embargo, encontramos mayor homogeneidad durante el 3300 a.C. con los enterramientos de tipo cista. Al final de este periodo, coexisten distintas formas de enterramiento incluso dentro de una misma isla. Esto coincide con el aumento de los contactos en el Egeo y la dispersión de los elementos típicamente cicládicos por una gran cantidad de regiones.

De esta forma, el mantenimiento de la actividad comercial y el dominio de la navegación posibilita, además, la entrada de elementos culturales foráneos de una manera especialmente privilegiada.
Los ajuares funerarios han podido inferir sobre la posible ideología social de las comunidades cicládicas y las políticas de jerarquización que la rigen. Se vinculan al simbolismo de ciertos materiales y creaciones artesanales. Los cuerpos se acompañaban generalmente por cerámicas y vasos tipo sombrero. Si encontramos un ajuar suntuoso, podemos decir que, la persona enterrada pertenecía a un grupo social de prestigio.
Vemos de esta manera como se enriquecen con el tiempo los elementos posiblemente vinculados al ritual funerario, a los entierros, con amplios paralelismos en otras áreas del Egeo, mientras que parece mantenerse en todo momento la significación del agua en estas comunidades que tanto deben al mar Egeo.
Escultura de la islas cícladas
La manifestante artística más popular del mundo cicladico son los idolos o estatuillas cicládicas. Se trata de ídolos escultóricos realizados en mármol que se encuentran mayoritariamente en Paros, más tarde en Nacssos y finalmente en Delos, donde se concentra una mayor cantidad de ídolos ya que se le considera una isla de culto o necrópolis. Suelen ser de 10-15 cm, pero pueden alcanzar los 1.5m de altura.
Se apuntan que se trata de estatuillas que sugieren un función religiosa. Pero no existe un consenso sobre su utilidad, ya que las figuras de menos tamaño se han encontrado en tumbas y se consideran que fueron presentadas al difunto como un exvoto, una representación de un dios de carácter psicopompos (guía de los muertos). Se representan tanto figuras masculinas como femeninas, en diferentes actitudes y posiciones, e incluso sosteniendo instrumentos musicales.
Las tipologías de los ídolos cicládicos se engloban en tres: tipo Pelos, tipo Plastiras y tipo Luros.

Ídolos Pelos:
También llamadas tipo esquemática. En el caso de los ídolos tipo pelos la identificación del genero es complicado por su repetitividad esquemática. Los más conocidos son los tipo caja violín. Una subcategoría de las tipo pelos, son las forma de violín.
Ídolos Plastiras:
Se trata de representaciones más plásticas y naturalistas. Los géneros son identificables, así como las posturas y los gestos. Pese a su naturalismo, podemos indicar cierta estilización en las formas a través de un tratamiento manierista: brazos desproporcionados, cuellos largos y cráneos deformes. Por los general su tamaño es menor a las demás tipologías. Son un ejemplo de estado cultural temprano. En su mayoría fueron encontradas en un cementerio de Paros.
Ídolos Louros:
Se consideradas una transición estilística entre los ídolos tipo Pelos y los tipo Plastiras. Una fusión de elementos esquemáticos y naturalista.
Sus orígenes no están claros. Parece que surgieron en la última etapa del Cicládico Antiguo I en una forma esquemática, mientras que las figuras más naturalistas no aparecerían hasta el tercer estadio de este período. Puede admitirse que existen varias corrientes en la evolución de estas figurillas. Se considera que las más antiguas surgieron en la cultura de Grotta-Pelos (Cicládico Antiguo I 3), y son muy esquemáticas, lo que impide identificar el sexo de las estatuillas.
Cerámica cicládica
En la Edad del Bronce se produjo un importante avance en el trabajo de la cerámica respecto a las épocas anteriores, ya que, como es sabido, hizo su aparición el empleo del torno lento, que acabaría por desplazar el trabajo manual de la cerámica. La cerámica cicládica presenta una gran variedad formal, siendo la mayoría de los prototipos formales derivados de las formas precedentes, comunes en muchos casos a todo el ámbito del Egeo.
Sin embargo, entre las novedades merecen señalarse dos nuevas formas características, llamadas a extenderse ampliamente por dicho ámbito. Una de ellas es el llamado kernos, una vasija compuesta por un pie común sobre el que se ensamblan una serie de pequeños recipientes, y que puede ofrecer formatos muy variados. Se piensa que estos kernoi pudieron haber tenido una función ritual, siendo empleados habitualmente en las libaciones, y como es sabido, andando el tiempo pasarían a convertirse en prototipos asociados al uso funerario.

La otra forma distintiva de la cerámica cicládica corresponde a las llamadas “sartenes”, piezas de cerámica oscura y de forma lenticular, que han sido interpretadas genéricamente como recipientes de tipo ritual. Algunos autores han señalado la hipótesis de que pudieron haber servido, convenientemente rellenas de agua, como espejos.
La relación entre el espejo, el agua y la muerte, podría explicar, en cierto modo, la función de estos extraños objetos que eran frecuentemente decorados con espirales (representación gráfica que simboliza el flujo de las ondas), y con primitivas embarcaciones. En ellas, pueden distinguirse dos tipos:
El primero es el llamado tipo Kampos, caracterizado por un reverso plano, y decorado con una o más incisiones en forma de espirales. Tiene una sola asa rectangular, y el círculo principal está decorado con incisiones en forma de espiral alrededor de una estrella central.
El segundo grupo de ejemplares son conocidos como tipo Syros, y se distinguen por poseer el reverso ligeramente cóncavo y dos asas puntiagudas. La decoración del espacio central presenta, por lo común, círculos concéntricos o espirales estampadas, muchas veces acompañados por barcos incisos y/o genitales femeninos, símbolo de fertilidad.
Esta asociación simbólica entre el mar y la fertilidad de las hembras resulta especialmente significativa en otros ámbitos del Mediterráneo, y puede rastrearse también en el mundo y arte minoico, acaso por herencia de la cultura cicládica.
Aquí te ofrecemos un viaje virtual propuesto por el Museum of Cycladic Art donde podrás viajar por los testimonios legados de una sociedad de hace más de 5.000 años.
Bibliografía:
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