quattrocento resumen

La Italia del Quattrocento

Con el siglo XV italiano comienza el Renacimiento y, con éste, la Edad Moderna, que se caracteriza por el resurgir europeo en todos los aspectos, rompiendo de manera drástica con la tradición medieval. Las condiciones políticas y sociales que existían en la Península Itálica favorecieron la creación y el desarrollo de un nuevo movimiento cultural y artístico que iba a desarrollarse a lo largo de los siglos XV y XVI (quattrocento y cinquecento).

El Quattrocento constituye el inicio de la ruptura con la estética medieval y la implantación de los nuevos ideales renacentistas. En este periodo todavía coexisten algunos elementos del pasado con las nuevas aportaciones que el Renacimiento traía consigo.

quattrocento arte
El funeral de San Esteban, c.1460 – Filippo Lippi

Mientras que en la mayor parte de Europa se implantan monarquías autoritarias, Italia se divide en pequeñas ciudades-estado que, normalmente rivales entre sí, se gobiernan según el régimen de señoría, que consiste en el poder hereditario de influyentes familias: los Medici, los Pazzi, los Gonzaga, etc.

Contexto histórico del Quattocento italiano

Los factores que infuyeron en la creación del nuevo estilo fueron los siguientes:

Los restos arqueológicos de la cultura romana:

Bajo las nostalgias de grandezas perdidas en la Antigüedad y que ahora se intentan resucitar mediante el estudio, recuperación y posterior valoración. La Antigüedad clásica se consideró durante toda la Edad Media en Italia como un legado nacional, el espíritu patrio estaba en el arte romano.

De Grecia y Roma se tomarán referencias literarias, como el uso de latín como vehículo de expresión escrita; culturales, como la introducción de la decoración mitológica en arquitectura y pintura; y artísticas, como la expresión de serenidad y equilibrio en obras escultóricas. Sin descuidar por ello la admiración por sus formas de comportamiento, tales como el culto a la belleza o la valentía, entrando en conflicto con las virtudes cristianas (esperanza, fe y caridad), que habían predominado en el mundo medieval.

El desarrollo urbano:

Las ciudades italianas estaban consideradas como ciudades-Estado, con su propia organización política y económica, que rivalizaban entre sí y que contaban con una clase media muy desarrollada, compuesta por comerciantes y artesanos.

Tras alcanzar una total autosuficiencia económica y política con respecto a la estructura feudal o a las monarquías europeas, se buscaron una cultura y un arte no anclados en una visión medieval que contradecía las conquistas terrenales delas sociedades urbanas.

Entre estas ciudades, Génova y Venecia controlaban las rutas comerciales del Mediterráneo y los intercambios comerciales con Oriente, mientras que Milán o Florencia eran importantes centros de manufacturas textiles.

La aparición de los mecenas:

La cultura renacentista va unida al mecenazgo, es decir al apoyo dispensado por los dueños de grandes fortunas y poder social a los escritores y artistas. El mecenas conseguía con ello un prestigio personal en vida y una fama sin precedentes al morir. Fruto de esta concepción será la construcción de grandes sepulcros que honren la magnanimidad de los grandes señores y transmitan su fama ala posteridad. Este ideal evolucionará durante el Quattrocento y el Cincuecento.

En las ciudades italianas del siglo XV serán los nobles más poderosos, económica y políticamente, quienes ejerzan el mecenazgo: los Sforza en Milán, los Montefeltro en Urbino o los Médicis en Florencia.

En el siglo XVI los monarcas en Europa ejercerán la protección a las artes y las letras, pero sobre todo el papado fue favorable a esta tendencia humanista. Fue un fenómeno anómalo, ya que en vez de ocuparse en la reforma religiosa de Lutero y Calvino, el papado estimuló la difusión de la cultura pagana.

Las condiciones políticas y sociales que existían en la Península Itálica favorecieron la creación y el desarrollo de un nuevo movimiento cultural y artístico que iba a desarrollarse a lo largo de los siglos XV y XVI.

Florencia como epicentro humanístico

Esta Italia desunida nada tiene que ver con la que tiempos muy atrás había dominado el mundo entero, pero en ella se impone un firme deseo de recuperar la gloria perdida y de desmarcarse de una Europa cuyas raíces son medievales y no clásicas como las suyas. Este anhelo surge por primera vez nada más iniciarse el siglo XV en Florencia que, a pesar de su debilidad, había logrado mantener su independencia frente al ducado de Milán, el cual aspiraba a ser dueño de toda Italia.

Esta victoria supone para los florentinos un motivo de gran orgullo que relacionan con sus orígenes como colonia de la Roma republicana. La idea de haber sido fundada por los romanos, dominadores de todo el mundo, imprime un fuerte sentido de superioridad. La economía florece gracias a la producción de lana y a la banca, mientras que la burguesía mercantil ostenta el poder y hace posible, con sus encargos, la eclosión del Renacimiento, pues por medio del arte del quattrocento se adquiere fama y se compite con otras ciudades.

Por primera vez en Italia, durante el siglo XV, las artes visuales obtienen el rango de artes liberales y se refiere a aquellas ramas del saber que por fundarse en lo teórico corresponden a la educación de la nobleza, como las matemáticas, la gramática, la retórica o la filosofía.

cinquecento y quattrocento
Carro con el triunfo de David, c.1455 – Francesco Pasellino

El arte se excluía de esta selección por su condición manual, aunque esto cambia ahora porque los artistas del quattrocento reciben también una sólida preparación teórica, con lo que se empieza a considerar un hombre de ideas y, por tanto, asciende desde el punto de vista social. El artista toma prestigio. Por ello firma sus obras, escribe tratados y poemas o se independiza de los gremios al aceptar de manera particular encargos que ya no provienen exclusivamente de la Iglesia.

Los Médicis: señores de Florencia

Surge así un mecenazgo que financia obras para su propio prestigio y que ya no monopoliza la Iglesia. Esto favorece que el artista se desvincule de la rígida estructura gremial y entre en un nuevo sistema de mercado artístico basado en la contratación permanente y en el encargo de obras según compromisos escritos.

Los primeros grandes mecenas de Florencia son los Médicis, familia que, ligada a la historia de la ciudad desde principios del siglo XIII, se dedica al comercio y, sobre todo, a las finanzas. Sus miembros más sobresalientes son Cosme el Viejo (1389-1464), que toma las riendas de la ciudad desde 1434 a 1464 y su nieto Lorenzo del Magnífico (1449-1492), que lo hace desde 1469 hasta su muerte, convirtiéndose este último en un gran protector de las artes. En 1494 es expulsado de la ciudad su hijo Piero (1472-1503) y a partir de ese momento comienza un período de cuatro años regentados por Girolamo Savonarola (1452-1498), monje dominico que establece un régimen autoritario basado en la penitencia y en la austeridad de las costumbres hasta que se instaura la república en 1498, vigente hasta que en 1512 los Médicis recuperan el poder.

Tal fue el poder y la influencia acumulada por los Médicis, que generó malestar en las familias nobles de la Toscana. Esta suspicacia llevó a la denominada Conjura de los Pazzi.

el quattrocento y el cinquecento
Dibujo del cadáver del conjurado Bernardo Bandini Baroncelli – Leonardo Da Vinci, c.1479

Los Pazzi era una familia rival de los Médicis, que estuvieron involucrados en el intento de asesinato de Lorenzo el Magnifico y Juliano de Medicis.

El objetivo de la conjura era remplazar de facto el gobierno florentino, en connivencia con el sobrino del papa Sixto IV, Girolamo Riario y los Salviati, que fueron hasta ese entonces los banqueros del papa. El papa apoyó el acto, con la condición que nadie fuera asesinado. Por otra parte, Federico da Montefeltro, se dispuso a situar 600 en las puertas de Florencia durante el ataque.

Finalmente, Juliano de Médicis fue asesinado de 19 puñaladas durante la misa en la Catedral, pero Lorenzo se escapó huyendo a la sacristía con heridas graves. El golpe de estado fracasó y los florentinos pidieron venganza. Los Pazzi y sus círculos de amistades y criados fueron perseguidos y asesinados por el bulbo. Nada quedó de la familia Pazzi.

El neoplatonismo florentino

El quattrocento pretende resucitar la Antigüedad grecolatina, tanto en su cultura como en sus valores cívicos, por considerar que en ella el hombre alcanzó sus mejores logros en todos los sentidos. Todo ello fue aniquilado por los invasores bárbaros que, con su desprecio a lo clásico y con su incultura, dieron paso a un largo período de oscuridad, la Edad Media.

Su soporte filosófico es el Humanismo que, con su visión racionalista y antropocéntrica del mundo, coloca al hombre en el centro de todo, con lo que ensalza la naturaleza frente a lo sobrenatural. Asimismo, el pensamiento renacentista rompe con el enfoque teocrático imperante en el medioevo. Cabe remarcar que este pensamiento no está generalizado en la sociedad, ya que se trata de una corriente de pensamiento erudita, que en algunas ocasiones llevará al paganismo y se perseguirá y castigará por el poder del papa. Para evitar estas persecuciones se generó una síntesis entre el pensamiento platónico (pagano) y el cristiano, pues si Dios es el creador de todo la perfección divina está presente en la naturaleza.

En la interpretación cristiana de lo clásico se produce una nueva concepción del mundo, del arte y del artista. El cosmos ordenado numéricamente en las teorías platónicas y pitagóricas equivale ahora a la armonía divina. Esta confianza en sí mismo, unida al estudio de los textos antiguos, hace posible el desarrollo de la ciencia experimental, como la Geografía, la Astronomía y la Medicina.

Bibliografía:

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HISTORIA DEL ARTE 25: EL QUATTROCENTO ITALIANO
  • NIETO, VICTOR Y ALICIA CAMARA (Autor)

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